lunes, 7 de septiembre de 2020
Por las excavaciones arqueológicas sabemos que, cada vez que el antiguo Jericó era destruido, se volvía a levantar sobre sus ruinas. El promontorio o colina crecía cada vez más con las nuevas capaz de escombros , y quedó un gran montón o tell en el lugar que ocupaba la ciudad cuando fue definitivamente abandonada. Loa años y los agentes atmosféricos llegaron a borrar todas las señales superficiales , y tan completa fue la obra de la naturaleza que durante mucho tiempo se creyó que el Tell de Jericó era sólo un montón de escombros, de unos veinticinco metros de altura, sin interés alguno para la investigación. Está fue la conclusión a que llegaron algunos excavadores, que estuvieron a punto de arruinar la labor sistemática de los arqueólogos. Pero, al estudiarse más detenidamente en 1929, vino a ser una de las fuentes más completas y valiosas de datos descubiertos hasta la fecha sobre el antiguo Canaán.
La Historia Empieza en Sumer
Esposo, tu has tomado placer conmigo;Díselo a mi madre, y ella te ofrecerá golosinas;A mi padre y te colmará de regalos.
Tu alma, yo se como alegrar tu alma;
Esposo, duerme en nuestra casa hasta el alba.
Tú corazón, yo sé como alegrar tu corazón;
León, durmamos en nuestra casa hasta el alba.
Tú, ya que me amas,
Dame, te lo ruego, tus caricias.
Mi Señor dios, mi señor protector,
Mi Shu-Sin, que alegra el corazón de Enil,
Dame, te lo ruego, tus caricias.
La Historia de los Judíos
Este libro es muy interesante para cualquiera que desee conocer sobre la Tora y el idioma hebreo, va relatando detalles de forma minuciosa, y se ve que investigo,analizó y luego se sentó escribir con todo los datos, ya debidamente ordenado.
Tomado del libro:
La erudición sagrada judía debe ser concebida como una serie de estratos, cada uno de los cuales depende de su predecesor. El primero es el propio Pentateuco, que en lo principal fue complementado antes del Exilio, aunque es evidente que se realizaron ciertos retoques después del retorno. Es el cuerpo fundamental de la ley judía escrita, y sobre el descansa todo el resto. Después, tenemos los libros de los profetas, los salmos, y la literatura sapiencial, cuya canonización fue terminada, como hemos visto, bajo el Rabino Yohanán Ben Zakkai, entre los años 70 y 132 de la era actual.