Este libro tiene cierto tiempo en mi Biblioteca y se ha convertido en un libro-amigo, de esos libros que lees y vuelves a tomar y disfrutas de su léctura, el escritor es un hombre muy preparado, pero muy sensible, capaz de estudiar y lograr vertir toda esa enseñanza de forma sencilla y amena, y para los que estudiamos Biblia, encontramos detalles que incorporamos al estudio de la misma, ya que son muy útiles en hacernos ver: Que no hay nada nuevo bajo el sol.
Del LIBRO:
Primer Principio mágico: la necesidad de la ofrenda a los dioses. Gracias a este acto, la creación continúa. Donar Maat (la armonía universal) al señor Maat (el Creador), según la fórmula ritual, es permitir que la vida se prolongue.
Frente a los dioses, el faraón manifiesta su autoridad. Él les ordena construir una escalera para que puedan subir al cielo. Si no le obedecen, no tendrán ni alimento ni ofrenda. Pero el Rey toma una precaución. No es él, en tanto que individuo, quien se expresa, sino el poder divino: No soy yo quien os dice esto a vosotros, los dioses, sino la magia la que os dice esto.
El egipcio ama lo escrito. Esto es al final lo que registra el conocimiento. Ama los libros como amas a tu madre, se le recomienda a aquel que investiga la sabiduría.
Se emplean también palabras incomprensibles, formadas por conjuntos de sonidos considerados eficaces: hay una mezcla de egipcio, de babilonico, de cretense y de otras lenguas extranjeras para desembocar en fórmulas de estilo ABRACADABRA.
La lengua jeroglifica está fundada en gran parte en un alfabeto sagrado que comprende cartas-madres (Consonantes y semi-consonantes). Las vocales no se anotan. Son elementos perecederos, pasajeros, que dependen de una època y de un lugar. El esqueleto de consonantes, por el contrario, es el elemento inmortal de la lengua.
El mago no es un nigromántico ni un ocultista. Para Egipto, es un sabio y un sacerdote. Lee y escribe los jeroglíficos, conoce los libros antiguos y las fórmulas de poder. Es mago porque tiene el conocimiento. Su función oficial está concretada en la forma de un rollo de papiro, símbolo de la abstracción y del conocimiento esotérico.
La magia es indisociable de las actividades que calificamos de artísticas. De este modo, los tocadores de sistro, los danzarines, los músicos y las músicas formaban parte del personal de los templos, sin sacrificar el placer estético, sino bañando el alma de las divinidades de armoniosos efluvios para que éstas velaran por el equilibrio y la serenidad de los hombres.
La pureza exterior, la simple higiene tan apreciada por los sacerdotes de Egipto, es una manifestación tangible de la pureza interior. También el mago se lava frecuentemente. Estando su boca purificada, las palabras salen de ella lo están también. El acto de lavarse las manos, como el de lavarse los pies, le liberan de enegías nocivas.
Los textos de los sarcófagos describen una extraordinaria operación mágica: Convertirse en los cuatro vientos del cielo y conocer el nombre del dios responsable de la escalera del cielo, que permite acceder al paraíso.
La salud es para el buen oyente, es decir para quien sólo presta oídos a las vibraciones armónicas.
Christian Jacq
Del LIBRO:
Primer Principio mágico: la necesidad de la ofrenda a los dioses. Gracias a este acto, la creación continúa. Donar Maat (la armonía universal) al señor Maat (el Creador), según la fórmula ritual, es permitir que la vida se prolongue.
Frente a los dioses, el faraón manifiesta su autoridad. Él les ordena construir una escalera para que puedan subir al cielo. Si no le obedecen, no tendrán ni alimento ni ofrenda. Pero el Rey toma una precaución. No es él, en tanto que individuo, quien se expresa, sino el poder divino: No soy yo quien os dice esto a vosotros, los dioses, sino la magia la que os dice esto.
El egipcio ama lo escrito. Esto es al final lo que registra el conocimiento. Ama los libros como amas a tu madre, se le recomienda a aquel que investiga la sabiduría.
Se emplean también palabras incomprensibles, formadas por conjuntos de sonidos considerados eficaces: hay una mezcla de egipcio, de babilonico, de cretense y de otras lenguas extranjeras para desembocar en fórmulas de estilo ABRACADABRA.
La lengua jeroglifica está fundada en gran parte en un alfabeto sagrado que comprende cartas-madres (Consonantes y semi-consonantes). Las vocales no se anotan. Son elementos perecederos, pasajeros, que dependen de una època y de un lugar. El esqueleto de consonantes, por el contrario, es el elemento inmortal de la lengua.
El mago no es un nigromántico ni un ocultista. Para Egipto, es un sabio y un sacerdote. Lee y escribe los jeroglíficos, conoce los libros antiguos y las fórmulas de poder. Es mago porque tiene el conocimiento. Su función oficial está concretada en la forma de un rollo de papiro, símbolo de la abstracción y del conocimiento esotérico.
La magia es indisociable de las actividades que calificamos de artísticas. De este modo, los tocadores de sistro, los danzarines, los músicos y las músicas formaban parte del personal de los templos, sin sacrificar el placer estético, sino bañando el alma de las divinidades de armoniosos efluvios para que éstas velaran por el equilibrio y la serenidad de los hombres.
La pureza exterior, la simple higiene tan apreciada por los sacerdotes de Egipto, es una manifestación tangible de la pureza interior. También el mago se lava frecuentemente. Estando su boca purificada, las palabras salen de ella lo están también. El acto de lavarse las manos, como el de lavarse los pies, le liberan de enegías nocivas.
Los textos de los sarcófagos describen una extraordinaria operación mágica: Convertirse en los cuatro vientos del cielo y conocer el nombre del dios responsable de la escalera del cielo, que permite acceder al paraíso.
La salud es para el buen oyente, es decir para quien sólo presta oídos a las vibraciones armónicas.
Christian Jacq